Este 7 de diciembre de 2024 marca un día inolvidable en mi vida académica y personal. En el auditorio del Centro Regional de Educación Superior “Paulo Freire”, ubicado en Rafael Lucio, Veracruz, tuve el honor de firmar el acta de recepción de grado de la Maestría en Tecnologías Aplicadas a la Educación. Este logro llega tras 8 años de haber dejado en pausa mi proceso de titulación, un periodo en el que enfrenté retos personales y profesionales que, lejos de alejarme de mis metas, reforzaron mi convicción de retomarlas y alcanzarlas.
En una emotiva ceremonia presidida por el rector de la institución, el Dr. Marcelo Ramírez Ramírez, y acompañada por autoridades académicas y directivas, además de docentes, experimenté una mezcla de nostalgia y orgullo. Cada palabra pronunciada en el evento resonó como un recordatorio de que los sueños, aunque postergados, siempre encuentran el momento de concretarse si estamos dispuestos a darles vida nuevamente.
Quiero dedicar este momento a las personas que han sido pilares fundamentales en este camino. A mi padre, Federico Hernández Monge, quien ha sido mi fortaleza, guía y principal apoyo, te agradezco por tu paciencia, por impulsarme incluso en los momentos de mayor duda y por ser mi constante inspiración. También agradezco profundamente a mis amigos, esos compañeros de vida que me han alentado a no rendirme, a creer en mis capacidades y a recordar que nunca estamos solos en nuestras metas.
El auditorio se convirtió en un espacio lleno de significado: allí, bajo la mirada de quienes han sido testigos de mi esfuerzo, reafirmé mi compromiso con la educación como una herramienta de transformación no solo personal, sino también social. Este logro no es únicamente un título, es un recordatorio de que cada paso que damos, incluso si parece pequeño o tardío, nos acerca a quienes realmente queremos ser.
Agradezco también al Centro Regional de Educación Superior “Paulo Freire” y a su equipo por permitirme vivir este momento tan especial. Este capítulo que hoy se cierra es también el inicio de nuevos retos y aprendizajes.
Si algo puedo compartir de esta experiencia, es que nunca es tarde para recuperar los sueños y hacerlos realidad. Cada meta alcanzada es un tributo al esfuerzo, al apoyo de quienes nos rodean y a la resiliencia que llevamos dentro.
Hoy celebro no solo este logro, sino también el camino recorrido para alcanzarlo. ¡Sigamos construyendo juntos un futuro lleno de oportunidades y esperanza!
Con gratitud,
Carlos Hernández Montero
Comentarios
Publicar un comentario