Ni guerreros ni angelitos: personas, con todo lo que ello implica Más allá de las etiquetas En el discurso social sobre la discapacidad, es común que la narrativa oscile entre extremos: por un lado, la figura del “guerrero incansable” que inspira por su resiliencia; por otro, la del “angelito” o “ser especial” cuya vida se idealiza y se despoja de matices. Ambos relatos, aunque a veces nacen de buenas intenciones, terminan deshumanizando. Porque las personas con discapacidad no son símbolos ni metáforas: son personas, con virtudes y defectos, con días luminosos y días grises, con logros y tropiezos como cualquiera. La discapacidad no define tu valor Tener una discapacidad no determina por sí mismo el valor social de una persona. No convierte a nadie automáticamente en un ejemplo moral, ni lo condena a la pasividad. Lo que nos define es la forma en que actuamos, la manera en que tratamos a los demás, las decisiones que tomamos y el sistema de valores que asumimos en el r...