Ensayo: “La cultura como éxodo masivo de facultades comunicativas y su funcionalidad en la organización”
Preparando el camino para la gran migración de las ideas.

Tenerme aquí de nuevo empezando el segundo de una serie de ensayos destinados para mi evaluación en la clase del profesor Fernando Morenos. En esta ocasión escribiré sobre la conceptualización de la cultura y las implicaciones de esta en las organizaciones.
Sabiendo previamente eso, me permito abrir el presente reflexionando acerca de la transcendencia de la cultura en los intercambios y actividades humanas (y no tanto), que es más, puedo llegar a inducir que la cultura es tan inherentes de un ser pensante y racional que resulta casi imposible concebirla a priori del ser humano. Y esto lo pongo “casi imposible” por una razón importante para mí, ya que fuera de cuestionamientos religiosos y rígidas teorías científicas en verdad me parce egoísta pensar que estamos solos en el vasto universo, al punto que quiero llegar con esto es que si en algún lugar existen seres pensantes ya evolucionados intelectualmente, estos seres dadas las actividades que tengan forzosamente deberían tener una cultura, aunque francamente no todos compartirán esta idea refutando que la cultura es algo humano, que no existe vida en otro lugar, que hago un pre-antropomorfismo innecesario, pero en fin para mí no serían humanos pero si tendrían cultura por el solo hecho de ser pensantes y racionales.
Llegado a este punto no debe sonar extraño la continuidad y hasta confabulación que estos temas y conceptos aparentan tener, pues como sabemos todo gira en torno a nosotros; el hombre, el que con sus limitados sentidos se comunica buscando la manera más eficiente de expresarse, el que a su vez forja su frágil realidad colectiva basándose en sus interacciones simbólicas como sociedad, el que puede que sea hasta cierto simplista y conformista por aparentar ser feliz hundido en el más profundo infierno de la ignorancia, sin embargo a pesar de sus detractores es lo suficientemente complejo para presumir el gran legado cultural que lo respaldan a lo largo de su existencia. Posiblemente nuestro gran acierto como humanidad fue “migrar” las grandes ideas individuales a nuestros conjuntos sociales, radicando ahí quizás el nacimiento de la cultura.
En pasos firmes en el traslado de las ideas
¿Qué es la cultura? Esta pregunta la puedo considerar la manzana de la discordia de este austero ensayo, bien me pude ir a Wikipedia o a Rincón del Vago y cómodamente hacer “Copy-paste” del concepto como sé que algunos compañeros lo harán, créanme no faltan, y no niego haberlo hecho en alguna ocasión, pero creo que este trabajo merece que le dé la atención debida ni más, ni menos.
Responder a la pregunta de arriba pareciera fácil pero no lo es en realidad, si tuviera que dar mi definición personal de manera escueta respondería que la cultura es todo el conjunto de facultades, expresiones, e ideologías tan inherentes de un ser pensante y racional que resulta casi imposible concebirla a priori del ser humano, y es que por mucho que me guste mi definición resulta absurdo y terco si pretendiera tener tener la verdad absoluta y universal, ya que eso no existe. Lo que si existe y le llamamos verdad es una especie de consenso implícito en el que lo que piense como verdadero la mayoría es ley y los que cuestionen esa verdad son o locos o herejes o iluminados bajados del cielo nacidos de vírgenes a causa de una paloma, ¡vaya democracia del libre pensar! Y es que todo es cuestión de prospectiva, hace algunos años sabían la Tierra era plana, Colón creyó haber llegado a tierras de la India, ayer me dijeron que la Tierra era redonda contando la atmósfera pero con forma de pera sin ella, al rato me dirán que estaba soñando.
El conceptualizar es así de subjetivo, cada quien tiene sus particularidades, desarrolla sus hipótesis y forma sus teorías, aun con eso haré un esfuerzo por lograr un consenso con los autores y mi sociedad para no quedar como un loco.
Sin extender más los “juegos filosóficos” puedo decir que estoy más que de acuerdo con el señor antropólogo estadounidense Clifford Geertz pues él define acertadamente que la cultura es un “patrón de significados incorporados en las formas simbólicas” esto lo interpreto como el hecho de que lo verdaderamente importante y lo que forma la cultura no son ni proviene de los objetos, acciones o enunciados significativos en sí mismos, sino del significado y el valor que nosotros les damos a los mismos en nuestras interacciones diarias, que es lo mismo que comunicarnos y compartir experiencias, concepciones y creencias, que a su vez y como mencioné hace una líneas conlleva el admitir que definir la cultura es igual de simbólico y abstracto que lo involucrado en ella.
Es por esa razón que en mis escritos en la que se me otorga cierta libertad de redacción, me permito hacer esa clase de ejercicios mentales, reflexivos y hasta ciertos puntos filosóficos pues aparte de recalcar lo simbólico y lo subjetivo de las cosas, me dan una valiosa pauta para mi desahogo intelectual.
Las llegada de las valiosas ideas a un entorno plural
En una organización, la cultura tanto de los integrantes como del cuerpo central de la misma es muy valiosa, pues permite hacerse de una identidad propia compartida por todos los miembros, y mantener el control dentro de la misma, como si de una familia se tratase, aún así llega a ser tan sutil que en ciertos casos es imperceptible pues solo sala a relucir cuando se adoptan acciones en contra de las reglas y valores de la cultura organizacional.
Esto llevado a la práctica ya sea en una empresa, escuela o a la familia misma, favorece que las relaciones día a día de los miembros sucedan de forma equilibrada y pacifica pues se entiende que las organizaciones seleccionen miembros que estén acorde a su cultura y los que no sean adecuados o la quebrantan se exponen al rechazo o a la expulsión de la misma que en el caso de las escuelas equivale a la expulsión y en la empresa al despido.
La cultura dentro de una organización no se da espontáneamente sino que se logra paulatinamente a partir de los esfuerzos de los fundadores quienes son los responsables de delimitar en un principio las normas, valores, costumbres, ideas y formas de actuar en la organización.
La cultura derivando de las grandes ideas de los hombres.
Mi conclusión ligada a este punto final radica en que la humanidad culturalmente es muy plural, dentro de un mismo grupo puede haber variaciones pero siempre dentro de los límites, coloquialmente se dice que juntos hacemos más, y por muy pleonasmo que sea o suene la frase es cierta porque individualmente podemos ser unas maravillas, pero para hacer cultura se necesitar estar en grupo, compartir con los demás miembros en esa interacción social que hemos estado tratando a lo largo de este texto, incluso en cualquier organización es lo mismo, pues un elemento aislado no es de mucha utilidad, sin embargo siempre podemos mejorar. ¿Por qué no empezamos por ahí?
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